Tipos de pensión y viabilidad de las pensiones

En el estado español existen tres tipos de pensiones: contributivas, no contibutivas y complementarias.

En el caso de las pensiones contributivas, además de otros requisitos, debemos tener un mínimo de tiempo cotizado para tener derecho a percibir una. Asimismo, el importe de la pensión que vayamos a recibir será en proporción a lo que hayamos contribuído (y la empresa haya contribuído por nosotras y nosotros) durante nuestra vida laboral.

Las pensiones no contributivas son prestaciones para aquellas personas que no han cotizado nunca o no tienen las suficientes cotizaciones para acceder a una pensión contributiva. Se trata siempre de una cantidad fija, teniendo en cuenta en todos los casos el número de integrantes de la familia.

Las pensiones complementarias son las pensiones privadas. Dentro de éstas se encuentran los planes de pensiones contratados individualmente o también las EPSV (entidades de previsión social voluntaria) de empresa. Entre estas últimas están, entre otras, Itzarri (trabajadoras y trabajadores del Gobierno Vasco), Elkarkidetza (diputaciones y ayuntamientos), Geroa (empresas gipuzkoanas)…

Viabilidad de las pensiones

Hemos oído en incontables ocasiones que las pensiones públicas no son viables. Este mensaje no es nada nuevo. Se nos viene repitiendo incansablemente desde aproximandamente la década de los ’90 del pasado siglo por parte del poder político y el poder económico, sobre todo la banca. Las razones que esgrimen: que la esperanza de vida cada vez es mayor, que las pensiones públicas son demasiado gasto, que para pagar una sola pensión se necesitan tres trabajadoras y trabajadores…

Todas las reformas de pensiones que se han llevado a cabo durante las últimas décadas han tenido como ojetivo acabar con las pensiones públicas. Los planes de pensiones privadas son un negocio millonario para la banca. Después de que el negocio de las hipotecas y el crédito tocase techo, por fin, con la excusa de la crisis, han visto la posibilidad de pisar el acelerador, para lo que el poder político les ha abierto las puertas de par en par: por medio de nuevas reformas y de dilapidar el fondo de reserva, entre otras. El sistema de pensiones públicas no está en crisis por sí mismo, sino que lo están llevando, a sabiendas y a propósito, al colapso.

Además de suponer un ataque a la cohesión social, la soliaridad, el patrimonio público y nuestros derechos y dignidad, las pensiones privadas no benefician más que a la banca, ya que, además de no garantizar una jubilación digna, saben que para las trabajadoras y trabajadores, que llegamos a duras penas a final de mes, es completamente imposible ningún tipo de ahorro privado.

Por un sistema de pensiones propio en Euskal Herria

El poder político del Estado, esté en el gobierno el partido que esté, ya ha dejado claro durante estos años que son los intereses de la banca los que van a cuidar por encima de la propia vida de la ciudadanía. Si en Euskal Herria queremos garantizar unas pensiones dignas, presentes y futuras, el único camino posible en construir un sistema de pensiones públicas propio, decidir aquí que de una vez por todas sean nuestros derechos los que prevalezcan por encima de los negocios de la banca.

Poner en marcha un sistema propio de pensiones públicas y garantizar una jubilación digna es posible. Y no solo porque lo digamos nosotras y nosotros, sino porque todos los estudios que se han realizado al respecto así lo indican; de hecho, la mayoría de economistas, como pusieron de manifiesto en el Ekonometro de 2017, apuestan claramente por ello. Por tanto, lo único que necesitamos ahora para llevarlo a cabo es voluntad política.