Emanzipa y el bono alquiler joven de Madrid
Es posible que hayas escuchado algo sobre un bono de alquiler joven que puso en marcha el Gobierno de Madrid. Esta ayuda se aprobó en 2022. (Decreto 42/2022).
Aunque sea una ley estatal con fondos que salen de Madrid, la gestión corresponde a las comunidades autónomas. No obstante, esta ayuda ni se aplicó en Hego Euskal Herria:
“El Bono Alquiler Joven es de aplicación a todas las comunidades autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla, con excepción del País Vasco y Navarra” (2. artikulua)
De hecho, en Nafarroa y en la CAV teníamos ya los programas Emanzipa y Gaztelagun en marcha (en la CAV en 2024 han aprobado en 2024 otra con un nombre muy parecido: Emantzipa) y esos son los que continuaron también a partir de 2022, cada uno con sus requisitos, normas y condiciones.
De cualquier manera, tanto la CAV, como Nafarroa, aunque mantengan sus programas propios, sí perciben los nuevos fondos estatales, tal y como hacen el resto de comunidades.
Así, en estos dos programas se realizaron distintos cambios, aunque, claramente, son completamente insuficientes. Como ya hemos explicado, por una parte, también se ha ampliado la ayuda a las personas en desempleo y, por otra, la edad máxima comenzó a ampliarse desde los 30 años a los 35. Este año se puede solicitar hasta los 32 años, en 2025 hasta los 33 etc. (artículo 3 quáter de la Ley Foral 10/2010, modificado en 2022 por la Ley Foral 20/2022).
Sin embargo, hay que decir que limitar el precio del alquiler a 700 euros no denota más que un gran desconocimiento sobre el mercado de la vivienda. Y podríamos decir lo mismo sobre la cuantía máxima que se percibe (y qué decir de la tremenda cutrez que ya os hemos contado sobre los casos en que se comparte alquiler). Decimos desconocimiento, por no decir despreocupación e irresponsabilidad.
De cualquier manera, como decimos siempre, es imposible enfrentar los problemas estructurales a base de parches. Las únicas políticas que van a ayudar de verdad en la emancipación de las y los jóvenes son garantizar unas condiciones laborales dignas, con un salario en condiciones, y una política de vivienda eficaz. Si la precariedad y la inestabilidad en el empleo continúan, si el salario medio de las y los jóvenes sigue bajando y si la vivienda sigue siendo, en lugar de un derecho, un bien especulativo dedicado, cada vez más, al turismo, no hay subvención que valga (entre los años 2021 y 2023 el salario medio de las y los jóvenes navarros ha bajado un 1,3% y, teniendo en cuenta la inflación, su poder adquisitivo lo ha hecho un 12%).