La antigüedad es el tiempo que una trabajadora o trabajador lleva en una empresa, desde su primer contrato y sean cuales sean las modalidades contractuales. Este tema que, a primera vista, parece sencillo, a veces se complica, sobre todo cuando pasa algún tiempo entre contratos. El Estatuto de los Trabajadores no regula expresamente la antigüedad, por lo que ha sido la jurisprudencia la que ha ido fijando estos temas.
En este artículo os contamos qué se tiene en cuenta y qué no para la antigüedad, para qué es importante, qué sucede cuando se encadenan contratos y, tras el cambio de doctrina, cómo se contabiliza desde 2020 para las trabajadoras y trabajadores fijos discontinuos